Lectura de la Biblia | Salmo 100:1-5
La Biblia nos enseña: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1 Ts. 5:18). Esta instrucción podría parecer fácil cuando todo en la vida va bien. Pero cuando surgen circunstancias dolorosas, expresar gratitud puede ser difícil.
Es interesante observar que este mandamiento de dar gracias al Señor en todo fue escrito por Pablo, el apóstol cuya fidelidad a Cristo le costó severas persecuciones. Usted podría preguntarse cómo podía él estar sinceramente agradecido a Dios.
Aunque muchas situaciones no eran de su agrado, Pablo sabía que sus riquezas en Cristo excedían con creces cualquier incomodidad terrenal. Piense en las bendiciones que él tanto valoraba, y que están disponibles para todos los creyentes.
En primer lugar aquí se nos invita a tener una relación personal con el único Dios verdadero, el soberano, omnisciente y omnipresente Señor de toda la creación.
En segundo lugar se nos dice que nuestro Creador nos ama con un amor eterno e incondicional.
En tercer lugar se nos muestra como Dios envió a Su Hijo a morir como pago por nuestra deuda de pecado, para que pudiéramos pasar la eternidad con Él. Por tanto, cuando ponemos nuestra confianza en Jesús, somos libres del temor a la muerte.
La lista de bendiciones sigue. Dios adopta a los creyentes como Sus hijos y los sella con Su Espíritu (Ef. 4:30). Él tiene un plan para cada vida, y nos da dones especiales y el poder para hacer realidad esas bendiciones. Asimismo, Él nos promete suplir cada necesidad por medio de sus ilimitados recursos (Fil. 4:19), y nos da Su Palabra y la presencia interior del Espíritu para guiarnos.