LEER | Colosenses 1:11-14
En el pasaje de hoy, el apóstol Pablo escribe: “Con gozo damos gracias al Padre que os hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz” (vv. 11, 12). Mi pregunta para usted es: ¿Cuándo fue la última vez que le dio gracias a Dios con gozo?
¿Con qué frecuencia nos emociona ver una película, un programa de TV, un evento deportivo, pero nos quedamos callados en cuanto a las muchas bendiciones que Dios nos da? Como hijos Suyos, debemos hacer de la alabanza a nuestro Padre celestial un prioridad diaria en nuestras vidas.
Recordemos que Dios decidió manifestarnos Su gracia. Envío a Su Hijo a morir como un sacrificio sustitutivo: Jesús tomó sobre Sí mismo el castigo que merecíamos por nuestro pecado. Nos dio un propósito para vivir y nos salvó de una vida vacía y arruinada. Y nos ofreció esperanza, no sólo para nuestras vidas terrenales sino también para la eternidad. ¿No merece Él que le demos gracia con frecuencia?
¿Qué me dice de usted? ¿Tiene una vida de gratitud por las preciosas bendiciones de Dios, recordando darle gracias por más que sólo Su provisión material? Después de todo, el Señor no nos puso en la tierra simplemente para acumular bienes y riquezas. Nos dio el regalo de la vida para que pudiéramos glorificarle y ser un reflejo del Salvador Jesucristo en el mundo.
Aparte un tiempo en este Día de Acción de Gracias para expresar su gratitud al Padre celestial por Sus muchas bendiciones. Sobre todo, alábele por el regalo de Su Hijo, y permita que otros sepan por qué tiene usted tanta gratitud. Luego, en el resto del año, piense en algunas maneras de demostrarle su agradecimiento a Él.