Lectura: Salmo 92
¡Cuán bueno, SEÑOR, es darte gracias y entonar, Oh Altísimo, salmos a tu nombre! –Salmo 92:1, NVI.
¿Es egoísta dar gracias a Dios por las bendiciones especiales que ha derramado sobre ti y tus seres queridos? Esa pregunta se planteó hace varios años en nuestra comunidad. Un fuerte tornado destrozó una tienda, pero el dueño y otras personas salieron ilesas. El comerciante dijo que oró dando gracias a Dios por haberlos mantenido a salvo. Sin embargo, un pastor local respondió diciendo que pensaba que esa oración era egoísta, sobre todo porque otras personas en el área habían muerto o resultado heridas.
Hubiera sido egoísta si ese comerciante hubiera dicho: «Señor, doy gracias porque las tres personas que murieron en el tornado eran miembros de la familia González y no de la mía.» Pero él no oró de esa manera. Simplemente expresó gratitud al Señor por lo que había hecho al cuidarlos a él y a sus amigos.
¿Disfrutas de buena salud? Da gracias a Dios por ello. ¿Vives bajo techo y tienes suficiente que comer? Alaba a Dios por lo que te ha dado. El salmista dijo: «¡Cuán bueno, Señor, es darte gracias! (Sal. 92:1). Pero no te quedes ahí. Acompaña tu acción de gracias con intercesión por los enfermos y los necesitados. Luego haz lo que puedas para ayudarlos.
No es egoísta dar gracias a Dios por los favores especiales que te haya concedido. De hecho, serías egoísta si no lo hicieses.
LA GRATITUD ES UNA ACTITUD QUE HONRA A DIOS.