Lectura de la Biblia: 1 Pedro 5:8
Al león se le considera el rey de la selva por su astucia, su velocidad y su fuerza: cualidades muy difíciles de superar.
¿Cómo ataca el león? Él se vale de todos los medios a su alcance para acechar y atacar. Algunas veces se vale de su velocidad para atacar, otras veces se vale de su gran fuerza para derribar la presa. Pero a pesar de que es un animal grande, el león es un experto en atacar por sorpresa, lo cual hace acechando sigilosamente para no ser descubierto.
Ahora bien, la Biblia dice que Satanás es como el león, en el sentido de su astucia para tentarnos y hacernos caer. Él nos acecha sigilosamente y nos ataca cuando menos lo esperamos, y lo hace justamente en los puntos en que nos creemos fuertes.
Siempre que estamos bajo el ataque del enemigo el Señor nos capacita para defendernos. Recuerde lo que Cristo dijo a sus discípulos la noche antes de su crucifixión: «Velad y orad, para que no entréis en tentación» (Mateo 24:41).
Tenemos que velar siempre porque nuestro enemigo siempre está al acecho, además debemos tener presente que las tentaciones vendrán. Por eso debemos pedirle al Señor que nos libre de ellas. El rey de la selva de este mundo no tiene nada que hacer ante el Rey de reyes.