Lectura de la Biblia: Juan 15:12-27
¿Alguna vez se ha llevado una desilusión muy grande en la vida? Quizá haya tenido la experiencia de haber llegado a un hotel, a una función o un evento y le hayan dicho: «Lo sentimos, pero las entradas se agotaron»; o «el evento se suspendió»; o, «no hay campo». Esa sería una experiencia muy desagradable si usted tuvo que mover cielo y tierra para conseguir las entradas, los boletos o las reservaciones.
Cuando Cristo dijo a sus discípulos que le era necesario morir, también les habló palabras de aliento, de confianza y de seguridad para el futuro. En San Juan capítulo 14, versículo 2 él les dice: «En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros» (Juan 14:2). Esta promesa no fue solo para sus discípulos, sino también para todos los que se conviertan a él.
Cuando usted tome esa decisión su nombre será escrito en el libro de la vida del Cordero y nadie jamás podrá borrarlo de allí (Apocalipsis 21:27); además, tendrá el consuelo y la seguridad de que Cristo está preparando un lugar para usted.
En Hebreos 11.13 dice que los héroes de la fe se consideraban a sí mismos como «extranjeros y peregrinos sobre la tierra». Tenían el gran consuelo de saber que los esperaba un lugar eterno en el cielo.