Lectura de la Biblia: 2 Corintios 1:3-5
¿Alguna vez se ha preguntado por qué Dios permite que usted pase por ciertas experiencias en la vida? Muchos de nosotros lo hemos hecho, especialmente cuando se nos presentan dificultades y pruebas, o cuando nos sentimos inútiles o temerosos. Entonces levantamos nuestros ojos al cielo y decimos: «Señor, ¿por qué me está pasando esto? ¿Por qué tengo que enfrentar esta situación? ¿Por qué yo?»
Siempre es mejor decirle al Señor cómo nos sentimos que dejarnos eso guardado en el corazón. Dios conoce todas nuestras desilusiones y siempre está dispuesto a oír lo que tenemos que decirle. Él siempre nos trata con amor y ternura; es más, él hace que las situaciones más difíciles de la vida nos ayuden a bien. Dios se vale de las dificultades para enseñarnos a confiar en él y para purificar nuestra fe.
Cuando nos sentimos tristes, él nos consuela. Esto lo hace para que aprendamos a consolar a otros que están pasando por una situación parecida. Solo los que han pasado por una situación difícil están preparados para comprender y ayudar a los que están pasando por lo mismo.
Entonces, cuando esté pasando por dificultades y adversidades, no se ofusque ni desanime, mantenga su mira puesta en el Señor Jesucristo y él le guiará y fortalecerá para que usted sea más que vencedor en ellas.
«Dios nos consuela para que aprendamos a consolar a otros». (Henry Jowett)