Jesús: La Luz

SERIE:¿QUIEN ES JESUS?

Él es la luz del mundo
Texto: Juan 8:1-59

Versículo clave:“Otra vez Jesús les habló, diciendo:Yo soy la luz del Objetivo: Jesús es la Luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.
Juan 8:12

Jesús es la Luz del mundo. Él ilumina nuestras vidas a medida que le seguimos y nos guarda de las tinieblas conforme andamos tras Él. ¡Ande en la Luz!

UN VISTAZO PRELIMINAR

Jesús usó el agua y la comida para enseñar lecciones espirituales. Ahora usa la luz. En la fiesta de los tabernáculos había dos menorahs o candelabros gigantes, que eran encendidos todas las noches para simbolizar la nube de fuego que guió al pueblo de Israel durante su viaje en el desierto. Jesús usó esta ocasión para revelar la maravillosa verdad de que Él es la Luz del mundo.
Ésta es la maravillosa promesa y Jesús quiere que lo tomemos con seriedad. No hay nada que el mundo necesite más que la luz espiritual. La gente está literalmente andando en tinieblas. Más adelante en este libro Jesús declara: “el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va” (Jn. 12:35). ¿Cuántas personas son así hoy día? No saben para dónde van, no sólo cuando dejen esta vida, sino aún mientras viven en la tierra. No tienen idea de lo que está por delante. Se dirigen hacia un desastre pero no pueden verlo venir.
El hombre que tiene luz puede ver lo que está en su camino.
Eso es lo que quiere decir Dios aquí. Él usó símbolos de la naturaleza para mostrarnos una gran ver-
dad espiritual. Él quiere decir que no sólo le dará luz al que le siga, sino que Él será el medio a través del cual esa persona verá todo lo demás en su camino. Aquellos que siguen a Jesús serán guiados al cumplimiento. Serán fortalecidos, llenos y vivificados por esta luz.
En estos versículos, nosotros también vemos algo de las tinieblas en las almas de los hombres a quienes Él estaba hablando. Vemos que todas las personas en el mundo necesitan a Jesucristo, y vemos lo que les impide a los hombres y mujeres ver la luz y lo que hace que se tropiecen en las tinieblas. Las dos cosas mencionadas aquí que les impiden a las personas aceptar a Cristo son la ignorancia y el orgullo; la ignorancia de los hechos y el orgullo que se niega a admitir y ajustarse a los hechos que tienen por delante.

UNA MIRADA MÁS CERCANA

I. La luz del mundo
Juan 8:12-20

12. Otra vez Jesús les habló, diciendo:Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
13. Entonces los fariseos le dijeron:Tú das testimonio acerca de ti mismo; tu testimonio no es verdadero.
14. Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo, ni a dónde voy.
15. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie.
16. Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre.
17. Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero.
18 .Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí.
19. Ellos le dijeron: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais.
20. Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas, enseñando en el templo; y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.

Ésta es la segunda afirmación del “Yo soy” (versículo 12) que da Jesús en el evangelio de Juan. Él no lo expone para discutir. Más bien está extendiéndole una invitación a los que estén oyéndolo. Así como la luz de la nube de fuego en el desierto guió al pueblo de Israel a través del desierto, así Jesús ofreció guiar a aquellos que le siguieran a través de la vida y a la eternidad.
La invitación de seguir a Jesús es el primer paso para arrepentirse y creer en Él, para luego dedicarse a hacer su voluntad. Aquellos que oyeron esto estaban invitados a seguirle literalmente. Debían ir donde Él fuera y oír lo que dijera. Nosotros estamos invitados a seguir a Jesús de una manera espiritual, pero la invitación es básicamente la misma. Aquellos que siguen a Jesús saben hacia dónde van. No tienen que andar en tinieblas; más bien andan en la Luz de la vida.
Así como el agua y la comida, la luz es una necesidad básica. Nosotros necesitamos la luz física que hace que el movimiento sea posible, y también necesitamos la luz espiritual que revela el plan y el propósito de Dios.
En vez de simplemente aceptar a Jesús, los fariseos buscaron discutir con Él. Dijeron que no podía estar diciendo la verdad porque estaba hablando de sí mismo. Los tribunales judíos requerían que todo fuera confirmado por boca de dos o tres testigos, y no permitirían que una persona fuera su propio testigo. Pero piense por un momento. ¿Qué testigo necesita la luz? La luz es realmente auto-evidente. Si usted puede verlo todo, puede ver la luz. Cuando el sol sale en la mañana o cuando se enciende una pequeña candela en la noche, la luz, sea grande o sea pequeña, es testigo de sí misma. Véalo y verá. Usted no necesita que nadie se lo explique. Lo ve o no lo ve.
Por eso es que Jesús declaró que su relato era verdadero, aún si estaba dando constancia de sí mismo. Cualquiera que honestamente analice las afirmaciones de Jesús será tocado por el poder del evangelio. Hay amplia evidencia de que Jesús es quien dice ser, si lo analizamos honestamente.
Jesús sabía quién era Él. Él sabía de dónde venía y Él sabía hacia dónde iba. Los fariseos no sabían hacia dónde iban, y ciertamente no sabían quién era Jesús. Los fariseos estaban juzgando tras la carne. Así como Nicodemo y la mujer en el pozo, los fariseos estaban aplicando los parámetros físicos a la verdad espiritual. En aquel entonces, así como ahora, tal forma de pensar es una terrible falta.
Jesús les recordó a los fariseos que su ley estaba satisfecha por dos testigos. Él era uno y el Padre era el otro. Dios había hablado audiblemente cuando Jesús fue bautizado, y Dios estaba hablando espiritualmente a los corazones duros de estos hombres malos. Esto evidentemente enfureció a los fariseos y de nuevo trataron de capturar a Jesús a la fuerza; pero fácilmente Él se escapó. Sólo este hecho debió haber convencido a estos hombres que ignoraban el poder de Jesús. Jesús sabía hacia dónde iba. Él sabía que la cruz estaba en su futuro, y Él sabía que éste no era el momento para que estas cosas sucedieran. Cuando el siervo de Dios está haciendo la voluntad de Dios, jamás tiene que temerle al enemigo. Dios protegerá a sus siervos como protegió a Jesús.

II. A donde yo voy, vosotros no podéis venir
Juan 8:21-24

1. Otra vez les dijo Jesús:Yo me voy, y me buscaréis, pero en vuestro pecado moriréis; a donde yo voy, vosotros no podéis venir.
2. Decían entonces los judíos: ¿Acaso se matará a sí mismo, que dice:A donde yo voy, vosotros no podéis venir?

23.Y les dijo:Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.
24. Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.
La consecuencia de la incredulidad es el juicio. En nuestra imaginación pensamos que mantenemos un tipo de neutralidad espiritual donde sencillamente no hemos tomado la decisión, ya sea de aceptar o de rechazar a Jesús. La verdad es que si no lo aceptamos, lo hemos rechazado. Estos fariseos malos no sólo habían rechazado la invitación de Jesús, sino que también habían tratado de aprehenderlo y hacerle daño.
Por favor observe la verdad aleccionadora del versículo 21. Jesús iba por su camino. No siempre estaría ahí para predicar e invitar. El día de gracia para estos hombres llegaría a un fin y su esperanza de salvación eterna se habría ido. Dios nos da muchas oportunidades de aceptar a Cristo. Normalmente tenemos muchos años de vida en esta tierra en la cual tomar nuestra decisión; pero sin importar cuan largo vivamos, nuestras vidas y nuestra oportunidad de ser salvos llegará a un fin. Cuando la vida física termine, nuestra condición espiritual estará permanentemente determinada. Cuando muramos, somos lo que somos.
Jesús dijo que estos hombres le buscarían pero morirían en sus pecados. El ministerio del Espíritu Santo siempre se añade a la predicación del evangelio. Los momentos en que las almas se convencen de sus pecados y son llevadas a Jesús, son preciosos. Deberíamos atesorarlos e inmediatamente seguir el liderazgo del Espíritu Santo. Jesús estaba tomando el camino que estos hombres no podían tomar por sí mismos. Jesús volvería al cielo y aquellos que le rechazaran jamás irían ahí con Él.
Los fariseos una vez más malinterpretaron lo que Jesús estaba diciendo. Ellos interpretaron que el significado de los comentarios de Jesús era que se iba a suicidar. Éste era un salto en la lógica tergiversada. Jesús no hizo tal sugerencia, pero las mentes depravadas de estos hombres perdidos saltaron a una conclusión falsa. Cuando rechazamos a Jesús, nuestro proceso de pensamiento llega a estar tan nublado que podríamos malinterpretar terriblemente las cosas que dijo Jesús.
Jesús todavía trata de apelar a estos hombres perdidos. Dios no quiere que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento. Jesús les dijo que su mal entendimiento provenía de sus corazones. Ellos estaban pensando sólo en las cosas físicas de esta tierra. Jesús estaba hablando sobre las cosas espirituales o las cosas de arriba. Ellos estaban hablando acerca de la tierra y Jesús estaba hablando acerca del cielo.
Jesús explicó que estos hombres estaban perdidos y espiritual-mente condenados. Si no se arrepentían, morirían en sus pecados. Si al final se negaban a creer que Jesús era el Cristo, el Hijo de Dios, morirían en sus pecados. Jesús estaba de pie ahí y felizmente hubiera salvado todas las almas que vinieran a Él, pero estos hombres no vendrían.

III. El Hijo del Hombre levantado
Juan 8:28-32

28. Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo.
29. Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.
30. Hablando él estas cosas, muchos creyeron en él.
31. Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en Él. Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
32. y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

Jesús conocía el futuro y sabía que cuando fuera levantado en la cruz, aquellos corazones duros verían la verdad del mensaje. Jesús no estaba actuando en interés propio; Él sólo estaba haciendo la voluntad de su Padre Celestial. Su mensaje era justamente lo que Dios estaba diciéndoles a aquellos corazones duros. Cuando hemos oído el evangelio de Jesucristo, literalmente hemos oído un mensaje de Dios mismo.
Este mensaje tuvo una recepción distinta. Cuando Jesús pronunció aquellas palabras, muchos creyeron en Él. Ellos le permitieron al Espíritu Santo que trabajara en sus corazones y se salvaron. En contraposición con los fariseos que sólo buscaban razones para rechazar e incluso matar a Jesús.
Jesús tenía un mensaje para los judíos que creyeran. Él les enseñó que siguieran su palabra. O sea, que debían prestarle atención a las cosas que Jesús dijo, tomarlas a pecho y cambiar sus vidas para que pudieran comenzar a regirse por los principios que Jesús les enseñó. Al hacer esto, era un hecho que se convertirían en discípulos suyos. La indicación más precisa de un corazón cambiado es una vida cambiada. Lo que realmente creemos en nuestros corazones se reflejará en la manera en que vivamos y nos comportemos.
Jesús señaló el gran principio: conocer y creer la verdad nos liberará. El cautiverio más grande y más severo en el mundo es la esclavitud del pecado. Sólo la verdad del evangelio nos liberará de esa esclavitud y romperá esas cadenas.
La diferencia entre la libertad espiritual y la esclavitud espiritual es un asunto de si somos hijos o somos siervos. Un siervo puede vivir en la casa del Maestro, pero no es parte de la familia y no tiene un futuro garantizado. Aquellos líderes religiosos per-didos no solo morirían en sus pecados, sino que en ese momento estaban viviendo en la esclavitud del pecado.
¿Cómo pueden los esclavos del pecado ser liberados? Los esclavos son liberados por el Hijo, y Él lo hace a través del poder de su Palabra. La verdad es la que nos hace libres. Las mentiras y las evasiones perpetúan la esclavitud.

UNA PALABRA FINAL
¿Por qué algunos creyeron y otros rechazaron a Jesús aquí? La cruz hizo la diferencia. Esto es lo que Jesús quiere decir en el versículo 28. Cuando vemos a Jesús en la cruz comenzamos a entender los hechos de la vida. Cuando Él fue levantado en la cruz, se dio a sí mismo por los pecados del mundo. Cuando vemos eso, vemos a Jesús por lo que Él es—el Señor de gloria, nuestro Redentor, el Único que puede quitar todos nuestros pecados y perdonarlos. Entonces veremos el poder de su Palabra. Todo esto viene a ser real para nosotros cuando consideramos la cruz de Jesús.
Nunca debemos olvidar la historia de la cruz. Debemos tener en mente que el derramamiento de la sangre de Jesús es el que compró la redención de nuestras almas. Si recordamos esto, veremos la terrible realidad de la depravación humana y nuestra necesidad de un Salvador. Veremos la demostración del amor de Dios. Dios dio a su único Hijo. Por eso es que la cruz es tan importante para el cristianismo y es el símbolo de nuestra fe. En la cruz es donde empezamos a ver la vida como realmente es.

PARA DISCUSIÓN
1. ¿Es Jesús la Luz del mundo? ¿En qué sentido?
2. ¿Qué significa que las personas anden en oscuridad espiritual?
3. En Juan 8:24, ¿qué dijo Jesús que era necesario para que la gente no muriera en sus pecados?
4. En Juan 8:31, ¿qué se requería para ser “verdaderamente discípulos”? ¿Es usted esa clase de discípulo?



Devocionales Diarios

D — Andando en la luz, 1 Juan 1:5-7.
L — ¡Ninguna condenación! Juan 8:1-11.
M — ¿Quién es su Padre? Juan 8:33-47.
M — Antes que Abraham fuese, Yo Soy, Juan 8:48-59.
J — ¡La Luz del mundo es Jesús! Isaías 49:6.
V — Andad como hijos de Luz, Efesios 5:8-14.
S — Libertad espiritual, 2 Corintios 3:17, 18


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